dentro de la zona, otro de dos puntos, un lateral, un triple lateral, un triple frontal y una canasta desde el centro del campo. Precisamente fueron los texanos los que abrieron el concurso, con Kenny Smith como leyenda, Chandler Parsons como jugador NBA, y Sophia Young como jugadora WNBA. Kenny Smith, gran maestro de ceremonias de la noche y showman para todo, demostró que todavía tiene tiro, y fue el elemento clave para que su equipo se clasificara para la final, con una marca en la primera fase de 42.7 segundos. Los campeones fueron los segundos y con un gran Allan Houston (el exalero solo falló un tiro en las dos series) se aseguraban la final con 38.7 segundos.
El concurso fue de menos a más. Rajon Rondo comenzó y tuvo un ritmo tranquilo, sin errores pero muy calmado, y el base de los Celtics se quedó en una buena marca de 32.8 segundos, suficiente para clasificarse para la final. En el concurso los jugadores deben esquivar unos muñecos, meter un pase de pecho en un recipiente, dar un pase picado, acertar un tiro, dar un pase de pecho, nuevamente esquivar a los muñecos y anotar una canasta. El segundo fue Kyrie Irving, que se atascó en el tiro frontal y se quedó en 42.2 segundos. El tercero rompió el ritmo. Deron Williams salió muy rápido, contrastando la calma que reinaba hasta ahora en el concurso, no cometió ningún error y terminó en 28.3 segundos asegurándose la final. Russell Westbrook se quedó en 33.8 segundos fuera de la final por un segundo, y Tony Parker, muy seguro y tranquilo se aseguraba el pase con 29.2 segundos. John Wall aceleró en los últimos instantes de su serie, a pesar de fallar en el tiro frontal, para empatar a 32.8 con Rondo, que en el desempate barrió al base de Washington estableciendo un récord con 27.5 segundos. Wall se atascó en el tiro nuevamente y para terminar intentó un mate de concurso que falló y le hizo marchar a los 45.4 segundos.
En la final, los pequeños detalles y errores puntuales decidieron. Rajon Rondo se quedó atascado en el pase picado y aún así terminó en unos dignos 34.6 segundos. Tony Parker, a la postre ganador, estuvo tan seguro como en la primera ronda y sin prisa pero sin pausa, consiguíó el concurso con 32.8 segundos en su recorrido. Deron Williams, algo más nervioso quizás por la presión del tiempo de Parker, se quedó en el tiro frontal y acabó en 41.4 segundos.
Tanto el concurso de tiro como el de habilidades fueron de un nivel bastante bueno, se rompieron récords y fueron bastante competitivos.
La última sorpresa de la noche la protagonizó Kevin Love, que también logró el título de triples sin que hubiese llegado como favorito, al vencer en el desempate de la segunda ronda a Kevin Durant, de los Thunder de Oklahoma City por 17-14.
El ala-pívot estelar de los Timberwolves, que en la temporada regular ha anotado 49 triples de 141 intentos, dijo que aunque le "apasionaban" los rebotes y el juego interior también se había propuesto el reto de ser bueno en los tiros desde fuera de la pintura.
"Cuando llegué a la liga mi pasión fue siempre el juego bajo los aros, físico, capturar el balón", explicó Love. "Se me dijo claramente que no podía hacer triples". Love dijo que esa etapa estaba superada y por el contrario se siente muy satisfecho hasta donde ha llegado con los triples y espera seguir mejorando.
"Está claro que voy a seguir por el camino de hacerme un jugador más completo en todos los apartados, pero especialmente en aquellos que todavía no domino, como los triples", subrayó Love. "Creo que debo continuar mejorando temporada tras temporada y consolidar la versatilidad que hay en mi juego".
Love destacó que el triunfo conseguido ante los mejores especialistas de triples de la NBA era el mejor premio que podría recibir en un Fin de Semana de las Estrellas de cara a su futuro profesional.
El jugador de los Jazz, llamado a última hora ante la baja de Iman Shumphert, partía como la cenicienta del concurso y pocos le daban como ganador antes de empezar. Más tras ver su primer mate y la fría reacción del Amway Center.
Una sorpresa con toque nostálgico que fue la que terminó de decidir a los aficionados. El jugador de los Jazz se enfundó la camiseta de Karl Malone y colocó a un funcionario del servicio de correos estadounidense en la pista para saltar por encima de él. Un salto que le valió el voto popular y con él, la victoria en el concurso.
De poco sirvieron a sus contrincantes piques con raperos o mates a ciegas en el caso de Budinger. O saltar por encima de un gigante como Hibbert. Incluso colocar una Harley Davidson en la cancha. Nada superó el toque retro de un Evans que hizo bueno aquello de que los últimos serán los primeros.
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