El Portero Jakob Kohler anotó un gol de chilena y su equipo logro un empate agonico.
El portero Jakob Kohler, del Boldklubben Frem de la segunda división danesa, se convirtió en héroe para sus aficionados y para todos aquellos guardametas -pequeños y mayores- que alguna vez han soñado con marcar un gol. En este caso, las circunstancias del partido y la bella ejecución del tanto convirtieron a Kohler en un hombre-portada.
Corría el tiempo de descuento del duelo que enfrentaba al Skjold Birkerod con el Frem. Los locales se las prometían muy felices hasta que llegó un saque de esquina que cambiaría el curso del encuentro. Jakob Kohler, emulando a otros guardametas que hicieron historia incorporándose al ataque a la desesperada, subió decidido al remate. A pesar de no contactar con el balón en primera instancia, dispondría del centro de otro compañero para conectar una espectacular chilena y anotar el definitivo tanto del empate.
La celebración de Kohler también estuvo a la altura del inolvidable momento. Un instante irrepetible. Un gol para enmarcar y recordar en la videoteca de las pequeñas licencias que los porteros se conceden para hacerse un hueco entre los mejores goles de la historia.
El portero Jakob Kohler, del Boldklubben Frem de la segunda división danesa, se convirtió en héroe para sus aficionados y para todos aquellos guardametas -pequeños y mayores- que alguna vez han soñado con marcar un gol. En este caso, las circunstancias del partido y la bella ejecución del tanto convirtieron a Kohler en un hombre-portada.
Corría el tiempo de descuento del duelo que enfrentaba al Skjold Birkerod con el Frem. Los locales se las prometían muy felices hasta que llegó un saque de esquina que cambiaría el curso del encuentro. Jakob Kohler, emulando a otros guardametas que hicieron historia incorporándose al ataque a la desesperada, subió decidido al remate. A pesar de no contactar con el balón en primera instancia, dispondría del centro de otro compañero para conectar una espectacular chilena y anotar el definitivo tanto del empate.
La celebración de Kohler también estuvo a la altura del inolvidable momento. Un instante irrepetible. Un gol para enmarcar y recordar en la videoteca de las pequeñas licencias que los porteros se conceden para hacerse un hueco entre los mejores goles de la historia.
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