La selección española y la italiana regalaron un gran partido y, cada uno con su estilo, apostaron al triunfo sin especular. Di Natale y Fábregas marcaron los goles.
El partido entre Italia y España suponía, al menos en la previa, un verdadero choque de estilos futbolísticos. Porque ambas potencias, por historia, pero sobre todo por presente, se ubican en polos opuestos en la concepción más genuina. Bueno, el duelo potenció las tendencias. Y si bien no tuvo un triunfador, debe haber dejado a los dos conformes. Porque con sus respectivas armas, españoles e italianos cumplieron.
Italia salió decidida a no dejarse llevar por delante por el buen juego de España. Buscó presionar arriba para ahorcar el buen juego de un medio campo con muy buen pie, pero así y todo a los 8 minutos en una jugada enredada casi llega Silva a meter el primer gol.
A los 22 minutos, un pase en profundidad permitió que Cassano quedara muy cerca del gol: su remate cruzado se fue muy cerca del palo derecho del arco de Casillas.
España dispuso de todas maneras de algunas llegadas, pero le faltó peso en el área de Italia para desequilibrar a una defensa que, tal como manda la historia, no presentó huecos.
Y casi se va a los vestuarios en ventaja, porque a los 45 del primer tiempo sólo una gran atajada de Casillas impidió que llegara la ventaja con un cabezazo de Thiago Motta desde el borde del área chica. Acaso hubiera sido demasiado premio para Italia, pero por lo visto en la primera etapa no habría podido ser considerado una sorpresa.
El campeón del mundo salió en el segundo tiempo con decisión para imponer su estilo, y la diferencia fue notoria. Llegó con todo el peligro que no había podido conseguir antes, y a los 5 minutos Iniesta estuvo a punto de batir a Buffon con un mano a mano que se fue a centímetros del palo izquierdo.
Pero entonces apareció el viejo sello italiano, con una réplica al mentón cuando nadie lo esperaba: el recién ingresado Di Natale quedó mano a mano con Casillas y definió con un toque preciso y cruzado para desatar el festejo.
A diferencia de lo que ocurría en otros momentos de su historia, España supo reponerse del golpe psicológico y enseguida devolvió el golpe. Tras una buena jugada de David Silva, Fábregas empujó la pelota a la red y marcó el empate.
Los poco menos de 20 minutos que le quedaron al partido, sirvieron para ver a una España jugada en ataque, buscando terminar de dar vuelta la historia y a una Italia replegada.
No pudo ser para la Roja. Ni el ingreso del Niño Torres le dio lo que necesitaba y la Azzurra, ya resignada al empate, se fue conforme con el resultado.
Alineaciones: España: Casillas; Arbeloa, Sergio Ramos, Piqué, Jordi Alba; Busquets, Xabi Alonso, Xavi, Iniesta, Silva (Navas, m.65); y Cesc (Fernando Torres, m.74).
Italia: Buffon; Giaccherini, Chiellini, De Rossi, Bonucci, Maggio; Marchisio, Thiago Motta (Nocerino, m.89), Pirlo; Cassano (Giovinco, m.65) y Balotelli (Di Natale, m.56).
El partido entre Italia y España suponía, al menos en la previa, un verdadero choque de estilos futbolísticos. Porque ambas potencias, por historia, pero sobre todo por presente, se ubican en polos opuestos en la concepción más genuina. Bueno, el duelo potenció las tendencias. Y si bien no tuvo un triunfador, debe haber dejado a los dos conformes. Porque con sus respectivas armas, españoles e italianos cumplieron.
Italia salió decidida a no dejarse llevar por delante por el buen juego de España. Buscó presionar arriba para ahorcar el buen juego de un medio campo con muy buen pie, pero así y todo a los 8 minutos en una jugada enredada casi llega Silva a meter el primer gol.
A los 22 minutos, un pase en profundidad permitió que Cassano quedara muy cerca del gol: su remate cruzado se fue muy cerca del palo derecho del arco de Casillas.
España dispuso de todas maneras de algunas llegadas, pero le faltó peso en el área de Italia para desequilibrar a una defensa que, tal como manda la historia, no presentó huecos.
Y casi se va a los vestuarios en ventaja, porque a los 45 del primer tiempo sólo una gran atajada de Casillas impidió que llegara la ventaja con un cabezazo de Thiago Motta desde el borde del área chica. Acaso hubiera sido demasiado premio para Italia, pero por lo visto en la primera etapa no habría podido ser considerado una sorpresa.
El campeón del mundo salió en el segundo tiempo con decisión para imponer su estilo, y la diferencia fue notoria. Llegó con todo el peligro que no había podido conseguir antes, y a los 5 minutos Iniesta estuvo a punto de batir a Buffon con un mano a mano que se fue a centímetros del palo izquierdo.
Pero entonces apareció el viejo sello italiano, con una réplica al mentón cuando nadie lo esperaba: el recién ingresado Di Natale quedó mano a mano con Casillas y definió con un toque preciso y cruzado para desatar el festejo.
A diferencia de lo que ocurría en otros momentos de su historia, España supo reponerse del golpe psicológico y enseguida devolvió el golpe. Tras una buena jugada de David Silva, Fábregas empujó la pelota a la red y marcó el empate.
Los poco menos de 20 minutos que le quedaron al partido, sirvieron para ver a una España jugada en ataque, buscando terminar de dar vuelta la historia y a una Italia replegada.
No pudo ser para la Roja. Ni el ingreso del Niño Torres le dio lo que necesitaba y la Azzurra, ya resignada al empate, se fue conforme con el resultado.
Alineaciones: España: Casillas; Arbeloa, Sergio Ramos, Piqué, Jordi Alba; Busquets, Xabi Alonso, Xavi, Iniesta, Silva (Navas, m.65); y Cesc (Fernando Torres, m.74).
Italia: Buffon; Giaccherini, Chiellini, De Rossi, Bonucci, Maggio; Marchisio, Thiago Motta (Nocerino, m.89), Pirlo; Cassano (Giovinco, m.65) y Balotelli (Di Natale, m.56).
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